Your kind words

28 July 2018

Historia en una terraza

Bueno terminé visitando a esta mujer que visitó mi isla con otro nombre por aquel tiempo y fui por recomendación de un amigo que la ponía por las nubes y simplemente me dijo, Lobo, tienes que visitarla. Es de tu estilo.

Eso me decidió para llamarla ese mismo día y ya por su voz me cautivó. Hablaba muy educada y con un acento que adivinaba del otro lado del océano Atlántico. Pero no ese acento y ese tipo de voz pegajosa y sobreactuado, sino una voz de mujer dulce y educada al que se apreciaba inteligencia y saber estar. Tuvimos una completa conversación y ya prácticamente al final me comentó sus horarios y sus tarifas; decidiendo visitarla esa misma noche.

Ya al entrar en su piso pude comprobar que las fotos no le hacían ninguna justicia. Me recibió con un vestido ajustado y negro y me sorprendió que era bastante alta aunque no tanto como yo. Pude apreciar sus insinuantes formas y curvas al verlas impresas en su vestido y sobre todo, sus turgentes pechos que se adivinaban en un sugerente escote. Carita llamativa y de mujer latina con una piel morena y cálida, unos ojos castaño oscuros y grandes pero al mismo tiempo con un toque rasgados fruto de la mezcla de su tierra; y unos labios... bueno que decir de sus labios que son grandes y jugosos como una fruta madura. Todo esto impregnado con una actitud jovial y sonriente, que me hizo sentirme muy cómodo sumándole también una mirada pícara y que me miraba con curiosidad.

Después de pasar por el ritual del baño me esperaba en la cama y sonriéndome. Me pidió que me acercara y me echara con ella invitándome a tomar un poco de agua que le había pedido. Allí estábamos, ella sin su vestido pero con sus tacones y yo sintiendo ese cuerpo caliente tan cerca de mí y yo solamente con una toalla tapando a mi...Me empezó a tocar mi cuerpo y besarme el cuello. Cuando se acercó para besar mi cuello y mis labios pudo oler su pelo que era embriagador. un pelo que lo tenía largo y ondulado del color castaño oscuro que le daba todavía un carácter de mujer latina. Ahora por lo que veo en sus fotos actuales parece que tiene el pelo rubio, cosa que también le dará un toque diferente o puede que hasta mejor.... aunque yo la prefiero de castaño :)

La "batalla" entre los dos comenzó a base de besos, de comernos mutuamente nuestros cuellos, yo de ir comprobando todas sus sensuales curvas y sus dos preciosos pechos. Mientras ella me tanteaba con sus manos. Finalmente después de tanto beso y mordidas mutuas, me quitó la toalla y empezó a juguetear con mi amigo con una mirada de pícara y sonrisa de niña inocente. Sacó un preservativo y me lo fue poniendo con delicadeza. Me avisó que ella es de trabajar para todo con condón. Cosa que yo no estaba acostumbrado pero la verdad que me lo dijo tan dulce y mirándome a ver cómo reaccionaba que no pude decirle que no y quería comprobar su lado más salvaje.

No me equivoqué, aunque reconozco que no me gusta mucho que me hagan sexo oral con condón, ella lo hizo de tal manera y tan bien que casi no aprecié la diferencia... a eso añadiendo sus miradas al mismo tiempo, sus juegos con la lengua, sus mordidas en mis muslos. Continuamos así hasta que no pude retenerme a pedirle que hiciéramos un 69... que yo también tenía derecho a jugar y saborear... y me encantó. Ya simplemente con los juegos y ese momento de ella encima mío dejándome su sexo al alcance de mis labios y mi lengua mientras su lengua compartía cariños conmigo, valió la pena.

Podíamos haber estado toda la hora así pero ella decidió cambiar el ritmo y acelerar la situación. Pasar de un momento dulce y relajado a ir subiendo la intensidad y la acción. Se separó de mí y me avisó que me preparara porque veía como se subía encima y este empezó a entrar en su templo. Sintiendo yo todo el calor que había sentido momentos antes saboreándolo con mi lengua. Dios, estaba viendo a una diosa saltando encima mío. A ratos arriba y abajo y con fuerza, a otros moviendo su cintura y de manera más lenta y suave. Cambiando el ritmo y mirándome con una mirada más salvaje pero sin perder su mirada pícara y radiante. De momento resistía pero decidí agarrarme a sus grandes pechos para poder aguantar sus envites rítmicos. Ya que en esa posición estaba totalmente secuestrado y esclavizado por ella y poco podía hacer, ya que mantenía todo el control y tampoco es que yo me quejara jeje.

Cambiamos a otra posición y continuamos con la batalla de cuerpo a cuerpo y yo continua resistiendo hasta que me preguntó que quería hacer más y le dije que me gustaría algo que fuera osado, diferente. Me fijé que su cuarto aparte de tener su baño propio, también daba a una pequeña terraza. Me quedé mirando a esa puerta entreabierta y ella pareció adivinar lo que le iba a decir. Le comenté que la noche era de verano total y ni si quiera corría una brisa que pudiera molestar. Empezó a reírse y me dijo que si quería que nos pusiéramos en la terraza a continuar... Yo me quedé con cara de circunstancias y aunque había sido el que lo había propuesto y lo deseaba, me quedé con la duda porque era una situación algo nueva para mí. Normalmente las escort no suelen ser tan asertivas y ser tan imaginativas.

Se levantó y me cogió de la mano para llevarme hasta la terraza. Nos quedamos un rato abrazados y observando la calle y la noche. No había prácticamente nadie ya que era tarde y la zona aunque está en unas de las entradas principales a mi ciudad, había poco tráfico. Ella me dijo que le gustaban estas situaciones y que era muy morbosa y aficionada de hacerlo en sitios digamos "prohibidos". Esto lo dijo al mismo tiempo que poco a poco, se inclinaba sobre la barandilla totalmente desnuda y sensualmente, insinuaba su precioso culo delante mío. La verdad que antes había podido comprobar que era grande, redondo y precioso... pero en ese momento me pareció espectacular y se me quedó grabado como a fuego en mi cerebro.

Procedí a penetrarla mientras ella seguía contoneando su cuerpo delante mío. No se le veía nada preocupada porque nos viera alguien. Mientras entraba hasta el fondo de ella, me agarraba a sus pechos y acercaba mi cara a la suya. Le mordía la oreja o su cuello mientras le decía bajito al oído: -pensaba que no te atreverías y me ibas a decir que no, a hacerlo aquí fuera. Y ella me contestó: -Uhnnn todavía no me conoces...

Ahora era mi momento de llevar el control y esclavizarla embistiéndola en aquella terraza. Sentir su precioso trasero chocando con mis muslos y ver su espalda y sentir sus pechos mientras miraba a todos lados a ver si alguien nos miraba desde algún edificio, desde la acera o algún coche se parara para ver el espectáculo. Ver como su cuerpo se perfilaba entre aquella calle nocturna y escuchar como sus jadeos entrecortados y susurrantes se mezclaban con los sonidos de la noche. incluso en un momento pasó por la zona un coche de la policía y para más lio había una rotonda, y el coche de la policía volvió a dar la vuelta a la rotonda que daba justo enfrente de nuestra terraza. Nos quedamos en ese momento parados y pegándonos más a la barandilla y entre nosotros como en un intento de escondernos aunque continuamos en posición sexual :). Fue más un acto reflejo pero terminamos riéndonos por la situación tan extraña y a la vez morbosa.

Continuamos y perdí totalmente la noción del tiempo hasta que entre una mezcla de frenesí por la situación en aquella terraza y sentir el interior de su cuerpo terminé estallando. Ella no cogió y se separó como muchas que casi cuando uno llega al momento clímax, se separan de uno. Se quedó tranquila en la misma posición.

Continúe abrazándola desde atrás a su espalda mientras ella me acariciaba el pelo. Una escena que hubiera sido perfecta si en vez de estar en una terraza que diera a una calle de la ciudad hubiera estado en frente de una playa o un monte verde, con un atardecer. Aún así fue uno de los mejores momentos sexuales de mi vida. Todavía paso por ese mismo lugar y miro a esa terraza y me acuerdo de la situación tan erótica y sexual que viví con esta mujer. Siempre me acuerdo cuando paso por allí de Valentina.

Esperemos que alguna vez vuelva por mi isla y podamos tener otro momento como aquel que todavía sigue guardado en mi memoria.

Saludos desde Tenerife,

Lobo